ABOGADO Y MATEMÁTICO
Sabemos, señoría, lo siguiente :
que esa piedra preciosa valía tanto
cuanto fuese el cuadrado de su peso.
Se rompió en dos pedazos y, por ello,
aplicando a cada uno de ambos trozos
el criterio que acabo de expresar,
el valor de la piedra se menguó
en un cuarenta y dos por ciento, exacto.
Cuánto pesa, sin duda, cada trozo
enseguida sabremos - señoría -
puesto que el peso de la piedra, entera,
no llegaba a alcanzar ni doce gramos.
Y, asimismo, sabremos - señoría -
si el ladrón de dicha piedra preciosa
es la persona que aquí comparece
- de la cual me hago cargo,
y en la la cual se han hallado dos trozos de una piedra
que fue, también, hurtada -
si los trozos que porta el acusado
pesan lo que, sin duda, han de pesar
según lo manda el cálculo.
De otro modo, no podrá - señoría - condenarlo.
( Creado por Florentino Alejandro Rincón Zapatero,
en veintiuno de septiembre de dos mil veintidós )