SUCESO EN HEPTASÍLABO
En la Baja Edad Media
ocurrió, allá, en Umbría,
que, en proporción directa
al cuadrado -lector -
de lo que era su peso,
cierta piedra preciosa
su valor adquiría.
Una dama gentil
la lucía en el pecho;
que se la regalara,
al desposar con ella,
un noble caballero
de semblante moreno,
que usaba negra capa,
elegante sombrero,
y corbatín, acaso
hecho de terciopelo.
Inopinadamente,
en un nefasto día,
la piedra cayó al suelo
y se quebró en dos trozos,
dando a la dama duelo,
tan cuan al caballero;
pues, si entera valía
ciento cuarenta y cuatro
escudos de oro fino,
al quebrarse en dos trozos,
y aplicando el criterio
del cuadrado del peso,
- que ya ha quedado expuesto -
solo setenta y cuatro
escudos, de oro fino,
a ser el valor vino
de aquellos dos pedazos
en que quebró la piedra
por cosas del destino.
Estando cada gramo
de la piedra - lector -
valorado en escudos,
- ya dije, de oro fino -
es fácil deducir
cuánto pesaba, pues,
cada uno de los trozos
en que quebró la piedra
por cosas del destino;
y para saber eso
no es necesario, no,
- lector - ser adivino.
( Creado por Florentino Alejandro Rincón Zapatero,
en once de abril de dos mil veintitrés )
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