viernes, 16 de febrero de 2018
EL EFECTO DOMINÓ
UN REY TENÍA UN CABALLO
Hace muchos, muchos años,
un rey tenía un caballo,
y éste caballo llevaba,
en cada herradura, ocho
clavos bien apuntalados.
Por el primer clavo, el rey
un centavo de denario
al herrero le dio en pago;
dos por el segundo; cuatro
por el tercero y así,
doblando y doblando, fue
pagando el rey al herrero
todos los treinta y dos clavos.
Mas, luego, hubo una batalla
y el caballo perdió un clavo;
por este clavo perdido
perdió, después , la herradura;
al perder esa herradura
el caballo tropezó
y, en ese momento, el rey
cayó al suelo y una espada
enemiga lo mató.
Ante este acontecimiento,
huyeron, despavoridas,
sus tropas, dada la suerte
tan aciaga del monarca
que, al caer de su caballo,
al punto encontró la muerte.
De este modo, se perdió
por un clavo una herradura;
por la herradura un caballo;
por un caballo un monarca;
y por un monarca un reino,
al perderse la batalla.
Si recuperar el reino
costara tantos denarios
cuantos dio el rey al herrero
cuando éste le herró el caballo,
y por cada mil denarios
se comprara un kilo de oro,
¿ cuántos kilogramos de oro
valdría el reino perdido,
sin contar los demás bienes
que tuvieran sus vasallos ?
( Téngase en cuenta, no obstante,
que ni el oro ni la plata
pueden comprar esas cosas
de las que el honor es parte . )
( Creado por Alejandro Rincón Zapatero
en diecisiete de febrero de 2018 )
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario